¡¡¡Somos muchos!!!

Estoy harto de andar entre ríos de gente que me recuerdan al video de Pink Floyd, o esa escena de Tiempos Modernos de Chaplin. Esperen. Hago un alto en la historia. Esto es un PARE. Un semáforo en rojo. Solicito que se detenga el tiempo y que navegue el silencio. Que todos, absolutamente todos, gritemos ¡¡¡Somos Muchos!!!

Somos montones de caras, piernas, narices, yemas, dientes, risas, gestos e historias. Recemos por que alguna peste bubónica diezme al planeta y lo deje descansar de los miles de millones de pies que caminan sobre él todos los días. Roguemos porque pase alguna catástrofe y todos muramos y que queden vivos pocos, para que la vida vuelva a ser fácil y volvamos a ser salvajes que viven sólo para comer y follar.

Ojala que llueva arena por tres días y todos nos ahoguemos en las dunas. La muerte del ser humano como raza sería el inicio de una nueva armonía del todo. Sí, eso suena hippy o torpe, pero es verdad, los humanos no hacemos más que estorbar. Si los arboles tuvieran manos ya nos hubieran astillado los tabiques y el mar ya nos hubiera ahorcado con rabia. Gritémoslo todos ¡¡¡Estoy harto de esta vida!!! No quiero ser un 0.0000000000000000000000001% del planeta. No quiero ser un grano de arena en una playa, porque ya nadie se empapa las manos con agua de mar, ni deja que la arena se pegue, ni observa, cuando está seca, los puntitos plateados, verdes y dorados que tiene. Para todos, la arena no es más que telas grises, o blancas, o amarillas. Nadie ve granitos plateados en un desierto, así como nadie ve seres extraordinarios en este planeta.

Así que, lo repito ¡¡¡Somos Muchos!!! Y debemos empezar a hacer algo. Ya no más trenes, ni aviones. No más metros, buses y autos. No más apartamentos ni sitios donde toda esta plaga humana se esconda o se transporte. Exijo que volvamos a creer que en el horizonte, donde se besa el mar con el cielo, hay una serpiente de siete cabezas. Si hubieran seguido pensando eso jamás hubiera habido conquista, ni esclavitud, ni genocidios, ni injusticia, ni guerra.

No quiero pensar en qué tendré que hacer mañana para comer: salir a un bus a vender dulces, o pararme en un semáforo a limpiar vidrios, o escribir cuartillas, o sumar y ejecutar formulas, u operar pacientes, o arreglar cosas, o robar, o matar. Quiero ganarme mi comida con el pulso de una lanza y la rabia de una piedra, quiero empapar mis dientes en carne cruda, sin aderezos, sin platos, sin sal ni pimienta. Quiero caminar por el desierto desnudo y aullar como un coyote a la luna.

Quiero que la próxima vez que vea a una mujer linda le diga en la cara que quiero robarme sus pestañas, que quiero acostarme en sus senos, o que si me mira la beso y le muerdo los labios. Deseo cambiar esa idea tonta del cortejo civilizado e irme corriendo a la casa de ella, sacarla de la cama y amarnos como dos conejos en un parque. Decirle que no tiene que hablar, que con su nombre basta, que con sus ojos es suficiente, que con su risa ya me ha conquistado. Que me entrego a ella para que me haga psicoanálisis, acupuntura, vudú, yoga y todo el Kama Sutra completo. Que sus pies tienen la fuerza de las raíces de un árbol. Que sus senos encajan perfecto con mis manos. Que sus nalguitas generan terremotos en las rodillas. Que su silencio es el mayor encanto y la mejor fórmula para conquistarme.

Sueño con darle la mano y arrancar a correr desnudos. Que nuestro libertinaje se convierta en un arma letal, como en un gas venenoso, y que todos los pacatos que nos vean y se tapen los ojos, vayan cayendo y mueran como gusanos. Que la tierra bostece y se los trague de una vez por todas.

Seríamos tú y yo los líderes de esta peste. Andaríamos por todo el mundo, desde las montañas irlandesas hasta las estepas de Suazilandia desnudos, apestando a todos. Primero nos verían y se ofenderían. Luego vendría la palidez en sus caras civilizadas, les saldrían manchas negras debajo de las axilas y el pubis, y morirían de rabia, de envidia, de falta de libertad y alegría. Nosotros conquistaremos valles y montañas, nadaremos en ríos y cañadas, y pisaremos el planeta con fuerza para que éste nos mantenga, nos proteja en el camino y nos cante mientras vamos por ahí queriéndonos y gritando con rabia ¡¡¡SOMOS MUCHOS!!!

José Báez G.

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