Islandia probó una semana laboral de solo cuatro días y el éxito fue ‘abrumador’. ¿Qué diferencia hace un día de trabajo menos? ¿Está Latinoamérica preparada para la semana laboral de cuatro días?
Originalmente publicado para la Agencia Anadolu.
En 1930 el economista británico John Maynard Keynes predijo en su ensayo ‘Posibilidades económicas para nuestros nietos‘ que en un siglo las personas trabajarían solo 15 horas a la semana por el aumento de productividad que traerían los avances tecnológicos. Imaginó que a estas alturas básicamente trabajaríamos de lunes a martes y luego tendríamos un fin de semana de cinco días.
Keynes acertó en cuanto al aumento de la productividad, pero se equivocó en la disminución de las horas laborales. El economista de la Universidad de Harvard Richard Freeman considera que Keynes subestimó el deseo humano de competir y de obtener más dinero. Sin embargo, en los últimos años varias empresas han experimentado con una semana laboral de cuatro días, es decir, 32 horas semanales de trabajo. Por ejemplo, la subsidiaria de Microsoft en Japón lo probó en el verano de 2019 y reportó un aumento del 40% en la productividad de los trabajadores.
La pandemia del coronavirus y la necesidad del distanciamiento social han acelerado aún más este tipo de experimentos. En 2018 la empresa de redacción de testamentos Perpetual Guardian llevó a cabo una prueba de ocho semanas, en las que dio a sus aproximadamente 200 empleados un día libre adicional cada semana, mientras que todas las condiciones salariales y laborales se mantuvieron. El proyecto fue tan exitoso que decidieron hacerlo permanente. Los trabajadores deciden si quieren comenzar o terminar temprano la jornada para evitar la congestión del tráfico o, por ejemplo, para llevar a sus hijos al colegio. A otros trabajadores les dieron la opción de trabajar menos horas.
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